
Al igual que las lombrices de tierra, los gusanos de la harina también tienen la capacidad de transformarse a través del abdomen y pueden transformar de manera eficiente todo tipo de desechos vegetales y de frutas en proteínas corporales de insectos. Al mismo tiempo, sus heces son adecuadas como fertilizante orgánico para proporcionar nutrientes para el cultivo hidropónico de vegetales. Lo que es aún más sorprendente es que los gusanos de la harina también pueden tragar y degradar completamente el plástico. Cada día, 100 gusanos de la harina pueden comer fácilmente de 34 a 39 mg de plástico espumado. A través de la flora intestinal en sus cuerpos, estos plásticos se convierten en dióxido de carbono y partículas biodegradables similares a las heces de conejo, logrando el reciclaje de recursos.